Me despeté recordando amargamente a qué día estábamos...aquel año había pasado muy rápido,demasiado para mi gusto. Conocí a un tipo,fascinante al princpio y tremendamente odiable conforme pasaban los días.
Creía que era perfecto pero me equivoqué. Algunos tipos gozan de cierta frivolidad a la hora de tratar con personas del sexo contrario y el era el ejemplo perfecto. Le encantaba el victimismo,sentirse mal para que siempre,días tras día le preguntaras como se encontraba y el con una mirada triste dificilmente te contestaba un "estoy bien,no es nada" para que te pasaras las 24 horas pensando en el.
Sabia atar muy bien a la gente de modo que incluso te acababas sintiendo mal. Lo hacía con premeditación. Pero antes de eso recuerdo que me gustaba mirarlo de lejos, observar cuales serían sus movimientos, y de pronto giraba la cabeza,no sabías como pero el sabía que tu le mirabas y dulcemente sonreía...de entonces resultaba tremendamente satisfactorio,y a día de hoy sin embargo me dá asco solo recordarlo.
